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Uno de los retos más grandes para los docentes en el aula, es lograr la inclusión de todos sus estudiantes de clases, debido a ello la premisa básica en el salón de clases debe estar enfocada en contemplar todas y cada una de las diferentes características que estos presentan, para adaptar el proceso de enseñanza-aprendizaje en pro de mejorar la calidad educativa.

Los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) enfrentan más obstáculos en su camino al éxito que los estudiantes promedio. Para satisfacer las necesidades de los niños con TDAH, tanto el docente como el resto de los actores que hacen vida en el establecimiento educacional.

Para la Dra. Inmaculada Menacho Jiménez, Directora Académica del Máster en Educación con mención en Diversidad e Inclusión dictado en Chile por la Universidad de Cádiz en conjunto con Fundación Fucid, es necesario que el docente maneje algunas estrategias escolares que han demostrado eficacia con los estudiantes con TDAH.

“El enfoque del manejo conductual en el aula dirigido por el docente puede influenciar de manera constructiva el comportamiento de los estudiantes y aumentar su participación académica, aplicando un sistema de recompensa o una tarjeta de informe diario. Mientras que la capacitación organizacional les enseña a los niños manejo del tiempo, destrezas de planificación y maneras de mantener los materiales escolares organizados con el fin de optimizar el aprendizaje del estudiante y reducir las distracciones”, detalla Menacho.

Detalla que a la hora de planificar recursos para el trabajo con alumnos con TDAH resulta interesante que, además de ser motivadores, estos sean útiles para trabajar el control de la conducta, la atención, la organización, la planificación, el propio autocontrol y las emociones.

“Los alumnos con TDAH tienen un mejor funcionamiento cuando el ambiente está estructurado y organizado, por lo que un buen recurso será adelantar verbal y visualmente cómo va a ser el día o la actividad que tiene que hacer”, detalla.

Finalmente, asegura que conocer y fomentar los puntos fuertes del estudiante puede ayudar a fomentar su autoestima así como también suponer una herramienta para poder enfrentarse a las dificultades.